21 enero 2007

Vacaciones on cue

Con los ojos hinchados, huyo
a henchir las narices de aire altiplanesco.

12 enero 2007

Accidente de vestuario

Ya lista para salir a encontrarme con mi jornada laboral, con mi cartera verde calzada al hombro y los minutos contados, la descubrí... o mejor dicho, la redescubrí. Si, allí donde hacía varias semanas había caído un choca de yerba mate “cruz de malta” húmeda, allí estaba la mancha. Había olvidado que adornaba mi pantalón cuando elegí el “modelito” que iba a usar ese día.
Como ya dije, los minutos estaban contados, y en esa cuenta, no entraban los diez o quince minutos extra “en caso de encontrar mancha imprevista y en extremo visible en prenda”.
Así que partí hacia mi destino, con una mancha verdosa en el muslo.
Por segunda vez.

09 enero 2007

Olfactofobia

En este ciber, oler bien concede el beneficio de la duda.
Digamos, un cliente que entra, saluda como corresponde, y despide olor a jabón, se ve gratificado con un margen bastante amplio de tiempo/errores antes de mi garantizada cara de orto, y uno que saluda cortésmente (es claro que la cortesía es condición irrevocable para ser tratado como persona) y huele a algún tipo de perfume, depositado sobre piel inodora (entiéndase, un ser que no se chantó un cacho de acs/suit jónesti para tapar el olor a chivo) es completamente bienvenido, pero con reservas.