Y... no podía ser feliz
LA VIDA APESTA
(y tengo razones para decirlo)
Era la primera vez que ella hacía algo así, más que todo por falta de necesidad.
Se acerca al quiosco cercano a su trabajo/casa de su amiga (¡que huevos!, ¡que temple!) y sin más dice:
- Dame una cuatro y unos prime texturados? (con su mejor cara de "Acá no pasa naaada, yo a esto lo hago todos los díaas")
- Uuuunos prime texturaaados... y una cuaaaatro... de litro y medio? (1) (dice el quiosquero)
- Mmj'm
- Querés una bolsita?
- No, gracias, la meto en la mochila...
Mientras se alejaba, la inundaba una sensación de satisfacción, una sonrisa (y esto no sucede a menudo, no no) se dibujó en su cara
- Jajajajajajaja, que pelotuda que soy jajajjaja (pensó)
(Caminó sonriente todo el camino)
N. del T.: (1) Me sorprendió la seriedad con que tomó todo esto el quiosquero, yo de sólo imaginarme mi cara de enfermita muero de la risa.... pero no, el no, bien seriecito estaba...