Calor e incomunicación

Abanicándome con el cilindro que está en el centro de las servilletas de papel, cortado para facilitar un decadente abanico. Lo confieso, secándome con servilletas de papel; tratando de resistir un segundo mas, totalmente exenta de cosas que me distraigan de esta torturante sensación.
De repente, un ser se asoma

-Tenparmandafah!?
- Como?
-Pamandfah!?
- Como!? (Dios!)
-Para manda fah?
- Que?
-Tenés para mandar fas?
- Fax? (Que bosta que soy)
-Si
- No, no tengo... mirá, acá lleg
-Quiero mandar un fas a Perú (sin dejar de inerrumpirme)
- Acá en la esquina hay una telefónic
-Hayque daruncodigo o con el numerodetelefono?
- No, tenés que... ya a esta altura de la conversación me dí cuenta que era al pedo, dijera lo que dijera, no me iba a escuchar, sólo iba a desoir todos mis intentos de ayudarlo, interrumpiéndome una y otra vez.

Al pedo.-